domingo, 22 de septiembre de 2013

Reseña de libros: Nigel Warburton, Una pequeña historia de la filosofía

En mi afán de pervertir algunas mentes jóvenes, andaba buscando algún libro de divulgación sobre la historia de la Filosofía y éste cayó en mis manos.

Es un texto ameno, fácil de leer, organizado en 40 breve capítulos. La mayoría se centran en un filósofo concreto, de manera ligeramente biográfica y destacando alguna idea que supone fundamental para ilustrarlo. Editado por Galaxia Gutenberg tiene poco más de 250 páginas.

Tengo que decir que el libro no me ha disgustado pero tampoco me ha entusiasmado. Continuaré regalando El Mundo de Sofía para mis propósitos de hacer llegar una historia de la filosofía a los jóvenes.

Se me antoja falto de rigor en algunos aspectos. Aunque claro entiendo que es difícil en una obra de divulgación.  Pero creo que no hace llegar ideas fundamentales a los lectores. 

No me parece correcta su intento de disculpar las ideas fascistas de Nietzche culpado de ella a las ediciones postmorten realizadas por su hermana.

Por contra alabo que ignore a Heidegger, relegándolo a una referencia en un capítulo sobre Hannah  Arendt que más bien recrea al nazi Adolph Eichmann.  Ironía que Heidegger sea citado en un capítulo contrario al régimen nazi que él apoyó. Claro que mi alabanza es discutible, como acabo de leer en otra reseña de este mismo libro realizada por José María Herrera para el Imparcial dónde revindica 'Ser y tiempo'.  Por cierto la reseña advierte de una errata del libro sobre la fecha de este texto.

Lo que no perdono al libro es su torpeza con las ideas de Popper. Es difícil que tras la lectura un lector poco conocedor del tema acabe entendiendo lo que es la falsabilidad, después de que el capítulo que dedica a Ayer considera que lo contrario de 'verificable' es 'falsificable'. Desconozco si la culpa es el autor o de la traducción, pero en filosofía de la ciencia la lectura más bien despista que forma.

Al menos tengo que calificar de provocativa y poco razonada su afirmación de que el existencialismo se convirtió en una secta.  Sobre todo después de tantos capítulos sobre filósofos religiosos.

Curioso que incluya a Darwin, por 'la importancia de sus ideas' para la filosofía, pero me extraña que por el mismo motivo no cite a Galileo, 'culpable' de matar a los aristotélicos con su afirmación de que para conocer el mundo hay que acudir al mundo en vez de a un libro de Aristóteles sobre el mundo.

Y lo que ocurre con los libros pocos rigurosos, que cuando citan la ley de Gravitación de Newton lo tienen que hacer precedidos de la supuesta anécdota de la manzana.

Después de esta relación de pegas tengo que decir de todas formas que el libro tiene un buen conjunto de virtudes pero más que para introducción lo considero de 'recordatorio'.  Un buen ejercicio para repasar nombres importantes de la filosofía en una lectura breve y amena.