domingo, 24 de marzo de 2013

Reseña de libros: Todo sobre nuestro mundo

Portada del libro Ttodo sobre nuestro mundo C LloydComento en este breve artículo un libro de divulgación que me ha resultado especialmente interesante. Su autor es Christopher Lloyd. Está publicado por la editorial Ariel, con fecha del año 2008 y consta de 476 páginas.  Posiblemente orientado a los jóvenes estudiantes, aunque creo que válido igualmente para mayores curiosos.  Para más datos su ISBN es 9788434453999

La temática del libro la historia de todo. De todo, sí.  Ese todo empieza con la creación del universo y por tanto con cuestiones de Cosmología y Astronomía.  Luego llega la historia de la Tierra con lo que se incorpora la Geología y poco después la Biología, con una historia de la vida.  Continuamos con nuestra especie, que incorpora la Antropología.  Y finalmente la clásica Prehistoria e Historia, que ocupa más de la mitad del libro. 

En mi opinión una buena divulgación científica.  Algunos capítulos son algo discutibles y quizás no todo los riguroso que quisiéramos, pero por lo general el nivel es muy bueno, la exposición fácil y siempre con un buen nivel de crítica. 

Tengo un elogio personal que hacer a este libro.  Es uno de esos libros que me gusta regalar a los jóvenes.  Cuando le pregunté a una sobrina si se lo había leído y le había gustado me respondió que sí y que después de leerlo se había cambiado de religión a ética.  Un placer poder pervertir a los jóvenes con lecturas. La ciencia es la mejor perversión si queremos mejorar el mundo.


sábado, 16 de febrero de 2013

Comarcas de Granada: La Alpujarra

Escribo hoy sobre la comarca más emblemática de nuestra provincia, o por lo menos la que más proyección internacional tiene, La Alpujarra.  Es además la primera que conocí de Granada (allá por  1976 más o menos) y una zona de la que tengo muchos recuerdos cariñosos, que además van creciendo.

Gran parte de su fama internacional se debe a un emblemático libro, Al sur de Granada, de Gerald Brenan.  Un texto escrito en los años 30 que recomiendo con interés.


No hay acuerdo en el origen del nombre.  Ni siquiera uniformidad, ya que algunos hablan de Las Alpujarras, en plural.  He optado por el nombre en singular para este artículo pero sin mucho convencimiento. Una de las teorías afirma que el nombre proviene del árabe "abuxarra" que significaría algo así como "la rencillosa, la pendenciera".  Otros lo atribuyen  al término árabe al Busherat (al-bugscharra), que vendría a significar "la Tierra de hierba" o "la Tierra de pastos"

La Alpujarra se extiende en la falda sur de Sierra Nevada, en la provincias de Granada y Almería.  No es por tanto una comarca exclusivamente granadina, aunque en muchas ocasiones usamos su nombre como sinónimo de Alpujarra granadina.  


La comarca está cruzada por el río Guadalfeo que la divide en lo que se denomina Alpujarra Alta y Alpujarra Baja. A la primera pertenecen típicos pueblos como Trevélez, Capileira, Bubión, Pampaneira, Berchules o Yegen. A la segunda Gualchos, Polopos, Albondón y Albuñol entre otros. También se suele distinguir entre la Alpujarra granadina y almeriense. A la Alpujarra almeriense se le denomina zona oriental, mientras que en la parte granadina se habla de parte occidental y parte media de la Alpujarra. Hay que indicar que algunos granadinos, que no recuerdan o desconocen la Alpujarra almeriense se refieren a la zona media como Alpujarra oriental.

Gran parte su personalidad viene de su singularidad geográfica. Ser la falda de la sierra con mayor altura de la península y alcanzar el mar tiene su originalidad.  Muchos de sus pueblos son de difícil acceso y eso ha hecho que cada vez que los cambios en Granada lleguen con retraso a la comarca.  Así, la 'conquista de Granada' por los reyes católicos requirió unos años adicionales y muchos muertos, para hacerse realidad en el día a día alpujarreño.  Algo me hace pensar que pudo pasar lo mismo con la llegada de los árabes y siguiendo la inmersión en el tiempo con la de los romanos.


Actualmente las poblaciones más importantes desde el punto de vista económico y de población son Orgiva (Alpujarra occidental), Ugíjar (Alpujarra media) y Laujar de Andarax (Alpujarra oriental).


Hay otros pueblos bastantes conocidos como Bérchules, Cádiar, Capileira o Trevelez.

Una propuesta de viaje rápido a La Alpujarra

Voy a proponer un viaje a la zona de un día de duración. Salimos por la mañana de Granada y volvemos a dormir.

Hay varias formas de llegar a la Alpujarra, todo depende de donde se venga y por que parte de ella se quiera empezar. De todas formas los accesos naturales no son muchos debido a la geografía de la zona. El viaje más usual es el que se hace desde Granada. Hay que tomar A-44 (que sustituye a la antigua carretera N-340) que lleva hasta Motril. A mitad de camino hay que la desviación para Lanjarón. También puede continuarse hacia Motril y acceder por Vélez de Benaudalla, pero vamos a optar por la primera propuesta, más interesante para nuestro objetivo de conocer la comarca.

Lanjarón es una de las principales puertas de la Alpujarra. En realidad aunque se le considera incluido en la Alpujarra, para ser de verdad un pueblo alpujarreño le faltan algunas características y le sobran otras, como el turismo y la abundancia de coches. Lanjarón se desarrolla entorno a la carretera. Es un pueblo largo y estrecho. Es habitual algún que otro atasco debido a lo estrecho de la calle, en algunos sitios lo coches aparcados tapan uno de los dos carriles. Con un poco de paciencia se llega a la plaza principal. Hace algún tiempo todos los años aparecía un escudo distinto que cambiaban en la fiesta del agua (la noche de San Juan), pero las últimas veces no lo ví. Al salir del pueblo se atraviesa un pequeño puente y justo antes de él, a mano izquierda hay una fuente de agua en la que suele verse colas de gente llenando garrafas.

Seguimos por la carretera y en un cuarto de hora o antes llegamos a Orgiva. Este si es un pueblo de la Alpujarra. Se puede considerar la capital occidental, Ugijar sería la capital de la zona oriental granadina y Laujar de Andarax la de la Alpujarra oriental o almeriense. Orgiva tiene incluso una iglesia que puede hacer la veces de monumento. Hay muchos extranjeros en el pueblo ('guiris' como se suele decir allí) y las zonas de los alrededores. El negocio de las casas rurales abunda. En mis visitas a Orgiva iba a menudo a El Molino, un bar terraza que estaba en la calle principal pero que recientemente se ha reconvertido en una especie de Hostal rural.

Desde Orgiva pueden tomarse dos caminos para continuar nuestro viaje, los dos nos pueden conducir a Ugijar, uno por la zona alta y otro por la baja. El segundo camino es el más tranquilo y seguro, pero el menos típico, así que vayamos por el primero. Hay que coger la carretera que nos lleva a Pitres. En realidad la carretera esta justo antes de la entrada del pueblo viniendo desde Lanjarón, por lo que debemos deshacer un poco el camino.

Antes de Pitres llegamos a Pampaneira. Era un pueblo muy bonito. Hablo en pasado porque las últimas veces que he ido no parecía el mismo, se había 'turistizado' (perdón por el neologismo, pero no he encontrado otra palabra para el fenómeno) o sea, se han potenciado las imágenes típicas y han sustituido la vida por la explotación turística. Antes de continuar nuestro viaje hasta Berchules y Trevélez podemos tomar una carretera que luego tendremos que deshacer para ir a Bubión y Capileira.  Merece la pena, así que vamos a tomarla. Capileira aún está algo menos explotado que Pampaneira, o por lo menos lo estaba la última vez que fui. Daba gusto pasear por las cuestas del pueblo, mirar las casas, el paisaje y las calles.  Tomamos de nuevo la carretera y volvemos a Pampaneira.  Estos tres pueblos constituyen el barranco de Poqueira, quizás la zona más turista de la comarca. Por cierto antiguamente era posible continuar la carretera dese Pampaneira hasta el pico del Veleta, pero ahora mismo no resulta transitable en su parte final. Sí podemos llegar hasta el denominado Balcón de Trevélez.

Seguimos pues tras el rodeo y llegamos a Bérchules. Ahora es famoso por un hecho curioso. Hace unos años se fue la luz el 31 de diciembre (cosa normal, teniendo en cuenta la mala infraestructura del pueblo y el clima frío del invierno) así que como no pudieron tomarse las uvas, a alguien se le ocurrió repetir la fiesta.... ¡el 1 de agosto!. Desde entonces el primer fin de semana de agosto se celera la nochevieja en Berchules. Estuve una vez viéndolo (creo que fue en 2001) y el pueblo estaba lleno.

Llegamos al fin a Trevélez, el pueblo más alto de europa y uno de los más típicos de esta comarca. Es famoso por sus jamones y de hecho se ven varios secaderos nada más llegar. Al lado del pueblo hay un camping de la Junta de Andalucía. Se ha convertido en un pueblo muy turístico, lo que le hace perder algo de su encanto, pero gana en oferta para dormir y comer. Te será fácil encontrar donde.

Desde Trevélez podemos seguir hasta Ugijar. Se nota que es un pueblo más importante, con empresas de servicios, constructoras y algunas industrias.

Aunque desde Ugijar podemos continuar el viaje hacia la alpujarra almeriense yo me voy a volver a Granada. Por hoy ya está bien. Hay dos formas de hacerlo sin deshacer el camino andado: volver por Torvizcon hasta Orgiva o bien por el puerto de la Ragua hasta Guadix. Este es el camino aconsejable si hace buen tiempo y no quieres entretenerte mucho. Eso sí hay que conducir con cuidado y no asustarse mucho por los precipicios. El otro camino, que pasa por Torvizcon te permite continuar más tiempo inmerso en la comarca.

Algunas lecturas sobre La Alpujarra

Siendo como somos un blog de cultura no podemos dejar de hablar de libros.  A falta de un estudio exhaustivo al respecto, tengo la impresión de que La Alpujarra es la comarca granadina que más literatura ha generado.  Voy a citar media docena de libros.  En nuestra web hay una lista más extensa.

El primero, un libro que sitúo en lugares destacado de mi biblioteca y que recomiendo a menudo es el que ya he citado de Gerald Brenan: Al sur de Granada.  La obra hace un estudio antropológico de la zona y aporta bastantes informaciones sobre su folklore, sus fiestas y algunos de los personajes que conoció el autor. Gerald Brenan vivió en Yegen al terminar la primera guerra mundial durante 6 o 7 años, entre 1920 y 1934. El libro está publicado en castellano por la editorial Siglo XXI. En la época a la que se refiere podemos decir que la Alpujarra era una región mucho más remota que en la actualidad, ya que la ausencia de carreteras y la escasez de coches y autobuses la hacía bastante inaccesible. El libro contiene una breve historia de la Alpujarra desde la anti­güedad.
  
Depués del indicado supongo que el siguiente libro en popularidad es el de Pedro Antonio de Alarcón titulado precisamente La Alpujarra.  Si el anterior me entusiasmó, este me desfraudó.  Narra un viaje superficial a la comarca, dónde el autor parece ignorar a sus habitantes salvo el cura, el cacique y alguno más de igual ralea. Abundan las descripciones algo rancias del paisaje que podrían encajar igual en Burgos, en Jaén o en la Alpujarra. La mejor crítica es un párrafo del mismo Geral Brenan que dice lo siguiente:

«Alarcón es también el único autor que escribió un libro sobre la Alpujarra. Recorrió el país a caballo en la primavera de 1872 iniciando su recorrido en Granada y hablando sólo con los caciques locales. En Yegen pasó la noche, como huésped del padre de Don Fadrique, en la casa que yo más tarde alquilé. Pero como relato sobre la región su libro desilusiona. Como demuestran sus novelas, estaba totalmente falto del don de la observación, por lo cual tenía que rellenar las páginas con descripciones estereo­tipadas de escenarios de montaña al estilo romántico, amables pasajes a la manera de Sterne y largas descripciones de la suble­vación morisca de 1569-1570, condensadas de alguna historia contemporánea. Es claro también que, aunque nació y se educó en Guadix, jamás tuvo la curiosidad de montar en una mula y cruzar el puerto del Lobo, del cual él habla en el mismo tono que un escritor moderno pudiera hablar de los pasos de la meseta del Pamir.»


Una de las obras más extensas, aunque no trata solo de La Alpujarra es Ferrer, S.J. Sierra Nevada y la Alpujarra. Editorial Andalucía. Está editada en 4 tomos y contiene una carpeta adicional con mapas topográficos. El cuarto tomo está dedicado casi íntegramente a la Alpujarra.

De las muchas guías sobre la comarca me permito aconsejar la de mi amigo Eduardo Castro, Guía General de la Alpujarra. Editado por la Caja de Ahorros de Granada, La General. Granada 1992.  Aunque no está actualizada (casi mejor) tiene su interés.

Otro libro con cierta particularidad sobre la Alpujarra es el de Harold López Mendez, un médico colombiano, titulado España desco­nocida. La Alpujarra: Rincón misterioso. Se publicó en 1967 y ahora resulta díficil de encontrar, de hecho no aparece en el ISBN. Recoge muchas costumbres y anécdotas sobre la zona junto con abundante observaciones de interés, lástima que en algunos momentos destile un espíritu algo reaccionario. 

sábado, 19 de enero de 2013

5 años de los Estupendos Estúpidos


Los Estupendos Estúpidos, para el que no lo sepan son .... son ... iba a decir que son un grupo de payasos, pero es que son más. Son unos filósofos de las payasadas, además son una sala (La Estupenda, en la calle Real de Cartuja), es más cuenta con algún grupo más asociado, dan clases y mucho más. 

O sea, Los Estupendos Estúpidos son todo un mundo de payasos.

Y hecha la definición paso a comentar de que me ocupo en este artículo.  la excusa es una pequeña exposición (42 fotos) que hemos inagurado este fin de semana en su sala a cuenta de los 5 años del grupo. y esa excusa me sirve para hablar de ellos.

La verdad es que no recuerdo como los conocí, pero se me quedó grabada la representación de marzo de 2008 en El Apeadero de 'El ingenioso hidalgo', una representación del quijote con payasos como personajes.  Todavía me acuerdo de algunas escenas y la correspondiente risas que sonaron en la sala.  Humor inteligente y culto. El que me gusta.  De aquellos payasos quedan pocos en Granada, pero todavía los considero, se consideran, de los Estupendos, aunque anden en Barcelona y otros sitios.

El público de los Estupendos es joven (no os preocupéis, lo llevo bien, pese a mi edad, je, je), alternativo y coincide con el CAU, El Apeadero y otros mundos de la cultura en Granada, que no son los mundos más oficiales precisamente.

Me llama la atención su reivindicación de los bufones, la recreación de ese mundo decrépito y sucio en apariencia, pero con un contenido divertido.



viernes, 7 de septiembre de 2012

Reseña de libros: El olvido de la razón, de Juan José Sebreli

Juan José Sebreli. El olvido de la razón. Un recorrido por la filosofía contemporánea. Editorial Debate. Primera edición, junio de 2007. 438 páginas

Jose María Valverde en su obra Vida y muerte de las ideas hace la apreciación de que el ensayo de George Steiner sobre Heidegger termina sin decidir si se trata de un coloso en la historia de la mente humana o un enorme embaucador. En la obra que comentamos, El olvido de la razón, Heidegger es junto con Nietsche uno de los protagonista del estudio. Pero aquí no cabe esa acusación. El libro deja claro que es un embaucador, además de un peligros apologista del fascismo.




Esa claridad es uno de los mayores valores del libro, sobre todo sin consideramos que no abunda en los libros de historia de la filosofía. Me resultan no solo torpes, sino además peligrosos, esos textos. Me refiero a tantas obras, a menudo empleados para la enseñanza que se limitan a indicar que tal filósofo decía y el otro decía otra cosa. En una especie de neutralidad que se supone deben tener las enciclopedias, pero que se me antoja una neutralidad torpe. Hay una frase en la introducción de este libro que me gusta como resumen de lo que digo: La intención de ser objetivo en el análisis de los filósofos y sus obras no significa la neutralidad (pág 16). Objetividad contra neutralidad, lo reivindico.
Sin lugar a duda en la historia de la ciencia el paradigma es distinto al habitual en la historia de la filosofía. Los elogios a Galileo, por ejemplo, no impiden decir que su teoría de las mareas estaba equivocada, que acertó en otras muchas cosas y planteó lo que iba a ser la Ciencia a partir de entonces. Incluso Karl Popper justifica el error de las mareas como científico (por la información que manejaba Galileo), pero queda claro que es un error. Así que en esos textos además de saber lo que dice Galileo (lo podemos leer en sus obras) sabemos bastante sobre que partes han resultado ciertas y que partes equivocadas. Reivindico ese avance de la ciencia respecto esa vuelta de tiovivo que dan muchas historias de la Filosofía. La historia sin análisis ni reflexión es una crónica vacía.

Centrémonos en el libro que comentamos. Su tesis es denunciar la sinrazón de muchos de los filósofos del siglo XX que hacen que su filosofía sea más un engaño que pensamiento real. El autor considera que la Ilustración supone el triunfo de la razón sobre la religión y la filosofía que critica supone un intento de volver atrás. Ciertamente se me antoja una especie de religión laica que pretende perpetuar la fe y evitar el razonamiento.

Sin lugar a duda el máximo exponente de esta falta de razón es Nietzsche. Coincido en mucho con esa crítica. La lectura de El Anticristo me motivó a estudiar filosofía y a Nietzsche. Me motivó porque leí muchas ideas contra las que lucho. Me motivó para denunciar la falsedad del autor y esas ideas. Cuando cayó en mis manos la Historia del pensamiento occidental de Bertrand Russell me sentí reconfortado por su opinión negativa sobre Nietzsche. Sebreli estudia la ligazón entre Nietzsche y el fascismo que lo tomaría como filósofo de referencia y concluye que no es una relación ajena a las teorías del filósofo. Nietzsche promueve el fascismo en sus textos y es un complice perfecto de las ideas racistas, misóginas, antisemitas y violentas.
Aplaudo que el libro avance en la crítica y denuncie las actuales corrientes de izquierda que apoyan a Nietzsche. Aunque siempre me han causado cierto asombro, tengo que reconocer que son más habituales de lo que uno podía pensar. He oido a feministas defender a Nietzsche argumentado que no se le había entendido bien. Ya me he acostumbrado a que se defienda de la misma manera la Biblia y el Corán, pero pese a ello siento miedo de esa irracionalidad.

El capítulo sobre Nietzsche es precedido de un intento de nómina de sus antecesores. Por supuesto no podría faltar el pesimista Schopenauer, posiblemente el padre de todo este irracionalismo. Más rara resulta la presencia de Dostoievski, a quien se ve obligado a justificar como algo más que un literato. Posiblemente acierte.

A Nietzsche le sigue Heidegger como otro exponente de la irracionalidad fascista. Quizás en este caso su filofascismo no necesita demostración, puesto que el mismo Heidegger se afilió al partido nazi y fue considerado como uno de sus principales valedores en la Universidad. El hecho de que posteriormente renunciara a algunas de sus posturas parece más fruto de sus encontronazos de poder que de un cambio de ideas. Quiero dejar claro que el autor no hace una crítica política, sino filosófica, pero como bien explica, resulta imposible desligar ambas posturas y más en autores como Heidegger. El libro lo acusa de poco claro. Heidegger hace gala de una indeterminación total en sus exposiciones, forzando textos enrevesados y ambiguos. Con ello busca la complicidad de lectores incapaces de desarrollar su racionalidad y necesitados de frases que puedan servirle de ayuda. Dice textualmente: La incomprensibilidad de la forma respondía a la irracionalidad del contenido (pág 100). O de una forma más ácida: su lenguaje era deliberada e innecesariamente difícil, críptico, con frecuencia enigmático; una jerga que no se sabía si quería decir algo o todo lo contrario (pág 99).

La nómina de filósofos irracionales continúa con Freud, LeviStrauss, Lacan, Foucault y algunos más. Me ha resultado curioso que apenas cite en un breve párrafo el libro Imposturas intelectuales que deja fuera de juego a estos autores de confusiones. Ese detalle me sirve para llegar a comentar el último capítulo del libro.

En ese último capítulo, Sebreli, supongo que con cierto cargo de conciencia, quiere plantear después de destruir a tanto autor necio, dónde está la filosofía racional. Aquí no está a la misma altura, pero se le perdona. Creo que para hacerlo bien necesatia una buena dosis de Ciencia. Posiblemente el método científico resuelve mucha de sus dudas. Puede que sea el momento de preguntarse por ese vértigo a ceder la filosofía al mundo de la ciencia. Desde la antiguedad griega el flujo es constante, pero no hemos llegado al asalto final. Sebreli creo que entiende mal la teoría de los paradigmas de Thomas S. Khun (culpa en parte de éste) y no acierta del todo en su intento de incluir la ciencia en su discurso.
En términos modernos y más vulgares diremos para los que nos leen que los filósofos a los que alude Sebreli son, con toda razón, los inventores de la autoayuda, esa autoayuda que es una mezcla de ideas religiosas y parecidas con connotaciones del mundo actual. No ayuda, sino confunde.
En resumen, una buena lectura que aconsejo y que espero sirva para reivindicar la racionalidad en nuestro proceder a todos los niveles.
Otras crítidas del libro las puedes encontrar en los siguientes enlaces:
Me ha gustado también un comentario sobre el libro de un usuario de www.lacasadellibro.com. Lo resume muy bien y dice textualmente lo siguiente: 


Este libro es una demolición minuciosa, y hasta divertida, de las filosofías y las estéticas irracionales. Sebreli ataca a los románticos, a Schopenhauer, a Nietzsche, al psicoanálisis, a los fascismos, a los estructuralismos y a los posmodernismos. él postula la necesidad de volver al racionalismo, a la Ilustración, a la fe en la ciencia, a la universalización de los derechos humanos, etc. Leer este libro nos salva de leer otros que solamente hacen perder el tiempo.
Juan José Sebreli

Juan José Sebreli es un intelectual argentino, nacido en Buenos Aires en 1930. Se le cita como sociólogo, historiador, crítico literario y filósofo.
Fotografía de Juan José Sebreli (distribuida por Debate para promoción del libro, (c) Editorial Perfil)